Llamada

martes, 25 de diciembre de 2007

2 confesión (es)  

- ¡Hola! - saludó
- ¡Hola!
- Ehhh... Feliz navidad
- Gracias, para ti también - respondió luego de una breve, casi imperceptible, pausa
- Emm....
- ¿Y cómo has estado? - peguntó para romper el silencio que se había producido por un momento
- Como siempre - dijo y soltó una corta y nerviosa carcajada, en el mismo tono suave que llevaba toda la charla - ¿Y tú?
- ¡Ajaja!
- ¿Qué es ese ajaja?
- Podría decir bien, podría decir mal...
- Ah - pronunció casi en susurro mientras
- ...normal
- Ajam - a esto siguió un silencio, dió un suspiro y luego agregó - y eso
- Y eso - el mismo tono de siempre
- Sí, y eso - con cierta melancolía muy poco notoria - ¡chao!
- ¡Chao! - hubo otro momento sin palabras ni movimientos
- Te quiero - y antes de terminar el llamdo mantuvo otro silencio
*Cortada transmisión*

Es asombroso como dos solas palabras pueden cambiar el ánimo de una persona en menos de un segundo, sobre todo cuando no (se) corresponden.

Invierno

jueves, 6 de diciembre de 2007

6 confesión (es)  

Mira, por fin llegó la lluvia de Diciembre, por fin llegó a purificarlo todo y llevarse lo malo. Mató las flores del jardín y ellas servirán de abono para nuevas de ellas, nuevas más grandes y más bellas.
¿Error? Amar, amé, amó y amamos. Pero amó más, le amó más. Le amo yo aun sabiéndolo y no dejaré de hacerlo.
Caigo por el abismo, me sostengo de ramas que hay en las quebradas, ramas que siempre estarán y que siempre podrán sostenerme, lo sé, me agrada, me anima.
¿Se acabó? Así parece, así lo quiso e implosionó el mensajero, Mercurio, arrasó con los pobres planetas cercanos. La diosa de la belleza, la luminosa Venus, por ser la más cercana fue la que más sufrió, pero al mismo tiempo la que mejor resplandeció. La Acogedora, la madre Tierra se secó, el incendio que provocó la onda implosiva arrasó con la vida en ella, pero descuida, volverá. Por fin llegó al glorioso guerrero rojo cobrizo, a Marte, pero como luchador que es resistió, reunió fuerzas y sobrevive (trata de sobrevivir).
Esperemos la próxima primavera, dijeron los del tribunal, para que crezcan nuevamente las rosas amarillas, para ver de nuevo los claveles color nieve y para asombrarnos con los tulipanes y girasoles...