Videncia

Pasa algo un tanto extraño, creo ver en tu silencio la respuesta a una de las muchas interrogantes que ahora pasan por mi mente; las interrogantes que pretendía comunicarte con viva voz, pero que por vergüenza contuve en mi interior y finalmente tus oídos ansiosos quedaron sin poder oír mi son.
Que curioso me parece que cuando callas pareces decirme tantas cosas, expresarme justo la resolución a mis afecciones sin que pueda notarlo en el instante. Qué estúpido al no darme cuenta en el momento de lo que pedías sin hablar, qué estúpido al no seguir mi corazón en el impulso que me dictaminaba.
La infinita curiosidad ataca mi alma, pero ahora no es del pasado o del presente, es una obsesión por conocer el futuro, por saber que hubiese acontecido de haber tomado la opción que se me presentaba.
Pero todo acabo cuando te dije chao y me quedé de pie donde estaba, mas mi corazón se fue contigo y voló a mi pecho, cuando a la distancia me enviaste un ósculo con bellas alas y él posado dentro.
Pero lo que acabo de exponer es totalmente incierto y cualquiera podría darse cuenta de ello, en mi mente el suceso continuó rondando, agobiándome sin piedad, atacando mi ente como un temblor y sus réplicas en la costa del Japón; pero de nada sirve lamentarse, más bien sólo queda esperar y recibir una vocalmente gesticulada contestación (o al menos eso espero) cuando te diga directamente lo que me ocurrió...